Hay una envidia que me muerde los codos,
que rechaza el hilo del pensamiento,
Una angustia que me aflije la inteligencia,
que me da ganas de llorar.
Hay una furia que me arde por dentro,
hoguera sacra del infierno,
Un calor no de todo infernal.
Hay una ceguera que me mueve,
que me enseña la pureza original,
Una flecha tirada contra mi pecho,
y me pongo inmortal.
Hay un muelle podrido bajo mis pies,
luego arriba un techo de cristalina torpeza,
si me voy adelante me ahogo en el mar,
si me quedo callado, me cai por encima este torpe cristal.
Hay una envidia que me duele los talones,
que intenta dejarme aquí,
si intento irme hacia adelante,
hay una flecha en mi .
Hay una culpa que me dice, "soy el princípio y el fin",
si me pongo nervioso, el culpable está en mi,
Hay una envidia entre vosostros, que os deja así.
que rechaza el hilo del pensamiento,
Una angustia que me aflije la inteligencia,
que me da ganas de llorar.
Hay una furia que me arde por dentro,
hoguera sacra del infierno,
Un calor no de todo infernal.
Hay una ceguera que me mueve,
que me enseña la pureza original,
Una flecha tirada contra mi pecho,
y me pongo inmortal.
Hay un muelle podrido bajo mis pies,
luego arriba un techo de cristalina torpeza,
si me voy adelante me ahogo en el mar,
si me quedo callado, me cai por encima este torpe cristal.
Hay una envidia que me duele los talones,
que intenta dejarme aquí,
si intento irme hacia adelante,
hay una flecha en mi .
Hay una culpa que me dice, "soy el princípio y el fin",
si me pongo nervioso, el culpable está en mi,
Hay una envidia entre vosostros, que os deja así.
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